Descubra cómo crear sus propias novedades teóricas II
APERTURAS
Como prometí la semana pasada, en la primera parte de este artículo, hoy compartiré con ustedes, una idea bastante extravagante que encontré para enfrentar la Defensa Caro-Kan y describiré los pensamientos que me llevaron en esa dirección.
Hace unos meses estuve ojeando el libro de Zenón Franco “The Chess Scalpel”. La siguiente posición constituye el primer diagrama compartido por el autor. Zenón lo acompaña de la pregunta: ¿Cuál piensas que puede ser la idea de las blancas?
La respuesta a esta cuestión puede ser encontrada en cualquier texto de apertura que incluya a la Variante Tartakower de la Defensa Caro-Kan, ya que, en este punto, la situación todavía es bastante conocida. En mi caso, hace muchos años que no juego peón rey, siendo sincero, no tenía ni idea de cómo continuaba la teoría a partir de esta posición. Se me ocurrían varias jugadas, pero no era claro si le daban respuesta a la pregunta del autor. Sintiéndome perezoso para calcular, pero al parecer, con buen humor para experimentar, recordé que hacía un tiempo atrás, en algún lugar de esta variante, se había introducido una idea con h7-h5 por parte de las negras y esto había modificado bastante la visión que se tenía de la posición. Por alguna estúpida razón, que ni yo mismo puedo explicar, sin haber investigado nada y prácticamente sin información que sirviera de punto de partida, asumí que el dichoso h5, ocurría debido a que las blancas necesitarían tarde o temprano desarrollar su caballo de g1 –preferiblemente por e2– lo cual bloquearía la acción de la dama sobre la diagonal d1-h5, permitiendo a las negras avanzar su peón h y generar contrajuego. A pesar de que posteriormente percibí las deficiencias de mi razonamiento simplista, este pensamiento me permitió cuestionarme si era posible modificar algo en el orden de jugadas para no llegar a esas circunstancias. Reflexioné sobre la posibilidad de desplazar la dama a h5 o f3 antes de desarrollar el caballo, pero ninguna de estas opciones terminó convenciéndome. Entonces, pensé que si lograba desarrollar el caballo de g1 unas jugadas antes, la situación sería diferente. Por tanto, determiné como tarea verificar si esto era posible y sus implicaciones. Considero necesario hacer un alto en el camino para aclarar que el avance h7-h5 no es algo que las negras quieran hacer, sino más bien, una necesidad impuesta por la posición. Yo no era consciente de eso en aquel entonces, así que mi razonamiento se basó en asunciones completamente erróneas. Intentaré explicarme sobre el tablero.
Luego de 10.Dc2, Te8+ 11.Ce2 o 10.Ce2,Te8 11.Dc2 las blancas ponen bajo fuego el punto h7. De hecho, el orden por el que se llega a esta posición es: 1.e4, c6 2.d4, d5 3.Cc3, dxe4 4.Cxe4, Cf6 5.Cxf6, exf6 6.c3, Ad6 7.Ad3, 00, donde 6.c3 es realizada precisamente con la intención de desarrollar el alfil por d3 –en los inicios de esta variante la línea principal era 6.Ac4–
Ahora es preciso que las negras defiendan el punto h7. Si las negras juegan 11…g6, la idea con la que Znosko Borovsky masacró a Tartakower en Paris 1925 ha probado ser muy efectiva. 12.h4!
En los años ochenta, en lugar de 11…g6, el sigiloso movimiento de rey 11…Rh8 ganó popularidad.
Sin embargo, a pesar de la nueva idea, los resultados no mejoraron para las negras. La teoría demostró que las blancas continuaban con buenas posibilidades de crear problemas al segundo jugador. Especialmente luego de 12.Ae3, Cd7 13.000.
La otra respuesta natural de las negras a la amenaza sobre h7 11…h6 se consideró la línea principal durante años.
En este caso, como las negras ya no necesitan que su caballo defienda el punto h7, este puede tomar roles ofensivos. Para el negro, la ventaja de tener opciones extra para su caballo, es más notoria en las posiciones de enroques opuestos, pues ahora existen planes como b5 seguido de Cb8-d7-b6. Es probable, que por esta razón, las blancas eventualmente empezaron a combatir esta idea enrocando corto. Pero la historia se repitió y la teoría demostró que el blanco seguía teniendo mejores posibilidades. ¡En estas circunstancias nace 11…h5!
Si el blanco decide enrocar corto, el negro ahora consigue contrajuego con 12...h4, incluso si el peón no llega a h3 se quita la casilla g3 para el caballo de e2 y se gana control sobre la diagonal b8-h2. Por otro lado, el avance h5 ha probado que no es una debilidad tan grave en la lucha de enroques opuestos. Los jugadores de Tartakower en la Caro-Kan han estado más felices desde entonces. Una vez explicadas las deficiencias de mi pensamiento inicial, proseguiré donde nos quedamos.
Mi intención de acelerar el desarrollo del caballo de g1 me llevó a retroceder la posición hasta la segunda jugada.
Cómo dije antes, para innovar es necesario mantenerse alejado de sus prejuicios. La jugada parece absurda, pero, al menos, ya le había encontrado utilidad en una variante. 2..c6 3.Cg3
Las respuestas que me parecieron más lógicas para las negras fueron 3…e5 y 3…dxe4 ya que 3…d4 parecía fácilmente refutable con 4.Ac4, luego del desarrollo del alfil rey salta a la vista que los chances del blanco son mejores. Si 3…dxe4 4.Cxe4 ahora 4…Cf6 sería respondido con 5.Cxf6 –esta sería la novedad para ajedrez clásico según mi base de datos– exf6 6.d4,Ad6 7.Ad3, 00 8.00, Te8 9.c4, Cd7 10.Cc3
Considero que los chances del blanco son ligeramente mejores en esta posición. El caballo en c3 apoya el futuro avance d5, la dama controla la diagonal d1-h5 (lo que yo estaba buscando desde el inicio), el blanco tiene ventaja en espacio y mejor estructura de peones. Sin embargo, la cuestión importante, está en probar si las blancas pueden generar al menos, problemas prácticos al negro en otras variantes. Por ejemplo, luego de 3…dxe4 4.Cxe4 en lugar de 4…Cf6 es posible 4…Af5
Mi primer pensamiento aquí, fue que independientemente de la evaluación objetiva de la posición, para jugadores que emplean exclusivamente la variante Tartakower dentro de la Caro-Kan, decantarse a favor de 4…Af5 podría ser psicológicamente molesto. En mi opinión, los jugadores que gustan de 4…Cf6 no son legítimos jugadores de Caro-Kan. Estas estructuras difieren bastante de las provenientes de los sistemas clásicos con 4…Cd7 y 4…Af5 así que bien puede verse como una idea independiente. Un argumento a favor de lo mencionado, es el hecho de que Kortschnoj, siendo un jugador de Siciliana y Francesa, empleara 4…Cf6 en su primer match por el campeonato mundial contra Karpov. Pero incluso si la idea de 2.Ce2 podía estar destinada sólo a jugadores de 4...Cf6, era necesario encontrar algún camino decente contra 4…Af5. A pesar de que los modelos me llevaban a inclinarme hacia 5.Cg3, supe rápidamente que esto no funcionaría, pues el caballo dama estaría peor ubicado en c3 que en f3, como ocurre en las líneas convencionales de la Caro-Kan. Entonces debía mantener el caballo rey en el centro y para esto parecían interesantes 5.Cbc3, 5.Df3 y 5.d3. Los posibles órdenes de jugadas para ambos bandos comenzaban a crecer, por tanto, ya era tiempo de apoyarme en las bases de datos. Como no existían partidas de ajedrez clásico, centré mi atención en la base de partidas online. Las horas que destiné al análisis no fueron suficiente para encontrar nada concluyente. Sin embargo, considero que el blanco puede plantear problemas prácticos a las negras en cada una de las opciones mencionadas. Por ejemplo: 5.Cbc3, e6 6.h4 con idea de Cg3 y h5 parece interesante.
También llamó mi atención 6.d3,Cd7 7.Ae2,Cgf6 8.00, Ae7 9.f4 con idea de g4
Otro orden de jugadas interesante, es en lugar de 7.Ae2 emplear 7.De2,Cgf6 8.Ad2,Ae7 9.h3!?
En esta posición, los resultados del blanco en las bases de datos online son muy buenos.
Con un enfoque menos pretencioso, encontré 5.Df3,e6 6.d3,Cd7 7.Cbc3,Cgf6 8.Df4, amenazando ganar la pareja de alfiles con Cd6.
Por otra parte, comenzar con 5.d3 también tiene sus particularidades, luego de 5…e6 el blanco puede fianchetar su alfil por g2 sin definir por dónde desarrollará su caballo dama. 6.g3, Cd7 7.Ag2, Cgf6 8.00, Ae7
Ahora el blanco puede elegir entre 9.Cbc3, 00 10.f4, 9.Cbd2, 00 10.Cc4, con idea de a4 o incluso 9.Cxf6 y si 9…Axf6 10.a4 para combinar el avance del peón a con el alfil de g2, 10…a5 11.Cd2, 00 12.g4, Ag6 13.f4
Cada una de estas opciones me parecen perfectamente jugables con piezas blancas.
La otra preocupación detectada al inicio, es que las negras ganen espacio en el centro con el avance 3…e5
En este caso, encontré que luego de 4.d4, exd4 6.Dxd4, Cf6 7.Cc3, Ae6 8.Ag5!?, Ae7 9.e5,Cfd7 10.Axe7, Dxe7 11.000
Las blancas han generado cierto desequilibrio, por tanto, considero cumplida la tarea de la apertura.
Si bien la idea propuesta está lejos de cambiar el rumbo de la teoría en La Defensa Caro-Kan, creo que vale la pena añadirla como un arma sorpresa en nuestro repertorio. De cualquier modo, mi intención al compartir parte de mis análisis y razonamientos, estuvo centrada fundamentalmente en describir el proceso creativo a través de una experiencia personal, mostrando que para ser originales, la acción más importante sin lugar a dudas, es desplazar los límites que encadenan nuestra imaginación. Para no abusar de nuestra inventiva, siempre nos quedará la opción de explorar las segundas y terceras propuestas de Stockfish y compañía. ¡Aprovecha todas tus ventajas!
Te espero en próximas publicaciones.