Guerra de Estilos
PSICOLOGÍA Y AJEDREZ
Entre los años 2019 y 2022, en una fecha exacta de un mes que no recuerdo, partí a lo que parecía sería un día normal de trabajo. Para nuestra memoria, los días normales son todos iguales, pero éste estuvo adornado con un comentario extravagante, sobre el tema que nos ocupará. Yo sellaba mi participación en una competencia, que bien podría ser cualquiera de las que jugué por esas fechas. E imagino, que no tuve un buen desempeño, ya que uno de mis compañeros se aventuró a decirme lo siguiente: - “El problema con tu estilo es que lleva demasiado trabajo.”
Él es un entrenador experimentado, lo que sin dudas, le imprime valor a sus criterios. Sin embargo, en determinados contextos sus comentarios pueden tener diversos fines y alejarse de la intención de aportar progreso en ajedrez. Perfectamente pude haber desestimado su opinión, continuar mi rutina de manera tal que aquel día formara simplemente parte del “grupo de días normales”, que suelen transcurrir sin dejar mucha huella. Pero sus palabras estuvieron por un buen rato retumbando en mi cabeza. Había leído y escuchado acerca de la relación directa entre el talento y los resultados del jugador, pero nunca leí nada que relacionara el estilo del ajedrecista con su desarrollo individual. Supuse que lo referido, era una percepción personal fruto de sus años de experiencia, pero ¿es posible que tuviera razón?
En esta publicación estaré compartiendo con ustedes mis conclusiones respecto a este tema y en general mi opinión acerca del impacto del estilo de juego en el desarrollo del ajedrecista. Como de costumbre me apoyé en autores notables que ya han tratado algunas de estas cuestiones con anterioridad.
La naturaleza de los estilos de juego y su clasificación
Debido a que mi búsqueda comenzó a raíz del suceso descrito, aquel día y los siguientes, reflexioné e investigué sobre el tema. En caso de que su observación fuese correcta, la supuesta relación, tenía que ser con la clasificación de los estilos propuesta por Mark Dvoretsky en uno de sus libros. La división clásica de los estilos en: jugadores de ataque o tácticos y jugadores posicionales, no parecía que me acercara alguna respuesta. Debido a que el ajedrez cada vez es más concreto, la línea que delimita los jugadores de ataque, de los jugadores posicionales, es bastante sensible. El jugador debe aspirar a la excelencia en ambas áreas. Por esta razón, Dvoretsky comenta que para cuestiones de entrenamiento, tiene más valor dividir a los jugadores en función de la manera en la que toman decisiones sobre el tablero: jugadores intuitivos y jugadores lógicos. No obstante, no debemos desestimar lo que aporta reconocer si un jugador se inclina más hacia las soluciones posicionales o tácticas. Razón por la cual Dvoretsky añade a su clasificación la división entre dinámicos y técnicos.
El reconocido entrenador danés Jacob Aagaard, en su libro “Thinking Inside the Box”, apoya la idea de Dvoretsky y comparte la siguiente tabla en la cual agrupa algunos de los mejores jugadores de la historia, para ejemplificar cómo funciona la clasificación de los estilos:
1. Lógicos y técnicos: Botvinnik, Gelfand, Korchnoi
2. Lógicos y dinámicos: Kasparov, Topalov
3. Intuitivos y técnicos: Karpov, Carlsen
4. Intuitivos y dinámicos: Tal, Anand
Entiendo que desde un punto de vista teórico, la idea de clasificar sujetos por su estilo de juego, pretende encerrar a un grupo de personas basándonos en características comunes. Dicho esto, en lo personal, no me agrada que Korchnoi y Botvinnik, dos jugadores muy diferentes, pertenezcan a un mismo grupo. Aunque como bien indica Jacob: - “Ninguna caja se adapta perfectamente a ningún jugador, por supuesto, pero nos ayuda a determinar dónde están nuestras fortalezas naturales y en qué tenemos que trabajar”.
Pero si conceptualmente ésta manera de clasificar los estilos pretende en esencia determinar dónde están las fortalezas naturales de un jugador, entonces, existe un problema. Aagaard, al referirse a las características del grupo 1 y 2, comenta que este tipo de jugadores suelen ser buenos en el cálculo de variantes, algo que tiene sentido pues el cálculo es un proceso lógico. Sin embargo, jugadores cómo Mikhail Botvinnik y Vladimir Kramnik no se destacaron en ese aspecto del juego. De hecho, es conocido que ésta fue la principal debilidad de Botvinnik a lo largo de su carrera.
Botvinnik-Miasoedov Campeonato de Leningrado 1930-31
Botvinnik comenta acerca de su última jugada 13.g4: - “Esta jugada es una preparación teórica minuciosamente investigada. Si hubiera previsto, con el viento que había sembrado, la tempestad que iba a desencadenarse sobre el tablero, habría optado por 13.g3”.
Este comentario de Botvinnik evidencia que prefería evitar las situaciones caóticas donde podía aflorar su debilidad para calcular variantes con precisión.
Por otra parte, Euwe y Korchnoi pertenecen al mismo grupo de jugadores que Kramnik y Botvinnik: lógicos y técnicos. Sin embargo, los primeros, contrario a sus homólogos, sobresalieron por su habilidad en el cálculo preciso de variantes. Pueden constatar esta información en “Mis Geniales predecesores” tomo 2 y tomo 5, o bien analizar las partidas de ambos jugadores.
Lars Bo Hansen en su libro “Fundamentos de la estrategia ajedrecística”, basándose en una idea del profesor de recursos humanos Jean-Marie Hiltrop, incorpora una variable que contrarresta la problemática anterior. Hansen además de dividir a los jugadores entre intuitivos y lógicos, elimina la división entre dinámicos y técnicos y los separa teniendo en cuenta si en la mayoría de los casos toman decisiones apoyados en los principios generales o en el cálculo concreto de variantes. El autor proporciona las siguientes tablas aclaratorias:
En la clasificación de Hansen, Korchnoi y Euwe pertenecen a un grupo diferente al de Botvinnik y Kramnik. Y si bien, el campeón mundial holandés y “el terrible” Viktor están junto a marcados jugadores de ataque, Hansen añade que a pesar de que los jugadores pragmáticos son en su mayoría jugadores agresivos, algunos utilizan su fortaleza en el cálculo de variantes para capturar material.
Respecto a Euwe, Alekhine, que tuvo que enfrentarlo en dos matches por el campeonato mundial, creía que el holandés realmente era un jugador de naturaleza táctica. Incluso Botvinnik opinó lo siguiente: - “Me resultaba difícil jugar con él. Me costaba mucho entender su juego. Sabía modificar hábilmente la situación del tablero, realizando ese tipo de jugadas largas que puede pasar inadvertidas. A la primera oportunidad podía emprender una veloz ofensiva, calculando las variantes con precisión”. Esto demuestra que aun cuando ambos eran jugadores lógicos, sus herramientas para la toma de decisiones eran diferentes.
Los jugadores intuitivos y en este caso me refiero tanto a activistas cómo intuitivos (según la clasificación de Hansen), conforman la otra cara de la moneda. Los jugadores de naturaleza intuitiva suelen detectar con facilidad patrones esenciales del juego, como por ejemplo: la relación de coordinación entre las piezas. Este tipo de jugadores tiene la habilidad de simplificar el conocimiento y captar directamente características medulares de la problemática en cuestión. Capablanca ha sido considerado por la comunidad ajedrecística la máxima expresión del ajedrez intuitivo. Krogius en su libro “La psicología en Ajedrez”, en el capítulo dedicado a la intuición, comparte la famosa anécdota de “El Capa”, que narra cómo un chico de apenas cuatro años fue capaz de corregir a su padre sin que nadie anteriormente le hubiera enseñado a jugar ajedrez. Krogius refiere la anécdota contada por el propio Capablanca, aunque desconozco la fuente de la información. En mi opinión, lo más impresionante de aquella historia, es la manera en la que Capablanca probó a su padre que éste le había hecho trampa a su amigo. El alegato de “El Capa” estaba basado en que su padre había movido el caballo de una casilla blanca hacia una casilla de igual color. Para mí, esto significa que su manera de aprender el movimiento geométricamente más difícil del ajedrez fue el reconocimiento de un patrón lógico esencial para describir la traslación del caballo. Desde mi experiencia enseñando ajedrez básico, cuando explicas el movimiento del caballo y luego invitas a un estudiante al tablero, con bastante frecuencia llevan el caballo de b8 a b6 o d6. Sin embargo, cuando aclaras una cuestión tan medular, como el hecho de que el caballo siempre va de una casilla de un color hacia otra de color contrario, este error desaparece, lo que resalta la importancia del patrón de movimiento detectado por Capablanca.
Mi amigo el GM Dylan Berdayes es un jugador altamente intuitivo. Con frecuencia mientras debatimos determinadas posiciones de apertura comparte sus opiniones de la siguiente manera: “ sólo cuando el negro pone la dama en c7 el caballo debe ir a g3” (la afirmación corresponde a una situación hipotética). A mi modo de ver, esto es una explicación racional y al mismo tiempo no lo es. Entiendo que él ha detectado este patrón luego de ver muchas partidas, pero su argumento no contiene ninguna justificación ajedrecística, que explique el porqué de esta sucesión de jugadas. Es bastante probable, que si yo me hubiera enfrentado a esa posición, intentara entender la raíz de éste escenario. El hecho de que su juego sea intuitivo, viene dado en gran medida por sus características naturales, pero usualmente somos el resultado de nuestras condiciones naturales y nuestra interacción con el medio que nos rodea, así que sospecho que el estilo también está ligado al enfoque en el aprendizaje.
Otro factor no biológico que en mi opinión influye en la formación de nuestro estilo, es el volumen de exposición a determinados modelos de juego. Un jugador que desde sus inicios ha sido entrenado mayormente resolviendo posiciones de ataque y desarrollando sus habilidades en el cálculo de variantes, probablemente termine siendo un jugador pragmático. Pero normalmente no planeamos convertirnos en un jugador de un tipo u otro, como comenté antes, somos la suma de nuestra genética y lo que nos pasa por el camino.
Lógicos o intuitivos características y diferencias.
Fabiano Caruana, actualmente número 2 de la lista mundial, es un excelente ejemplo de jugador pragmático. El propio Carlsen ha llegado a decir que Caruana es el jugador que mejor calcula en el mundo. Recientemente en una entrevista que el ajedrecista estadounidense dio para el podscat Chess with Mustreader, señalaba su incapacidad para detectar los temas tácticos con rapidez, como una de sus principales debilidades. En contraste, el propio Caruana señalaba, que ésta es una de las fortalezas del juego de Carlsen y Nakamura, dos jugadores altamente intuitivos. Muchos ajedrecistas consideran que la acción de “calcular bien” implica resolver situaciones tácticas al instante, pero ésta creencia popular es incorrecta. De hecho, Viktor Korchnoi, otro pragmático del cual mencionamos con anterioridad su habilidad excepcional para el cálculo concreto de variantes, comenta en el documental “Korchnoi vs Karpov: El Comunismo en Jaque”, que Karpov jugaba extremadamente rápido, ya que era un genio, mientras que él tenía que esforzarse. En concordancia con estas opiniones, que resaltan la pericia de algunos jugadores intuitivos, Aagaard en su libro “Thinking Inside the Box”, comenta lo siguiente acerca de los jugadores de naturaleza intuitiva: - “Estos grupos reciben mucho gratis –intuitivos técnicos e intuitivos dinámicos–, pero tienden a ser descuidados.”
Por otra parte, Aagaard al referirse a los jugadores lógicos, añade: - “Estos grupos necesitan desarrollar una comprensión del juego. Los grandes mencionados anteriormente trabajaron duro para hacerlo. Aunque no mucho es gratis, tienen un talento natural para trabajar sistemáticamente en el juego y sus habilidades. Estos tipos suelen ser buenos en el cálculo, pero son débiles en el juego posicional y la estrategia y tienen que estudiarlo seriamente para entenderlo.”
La opinión de Aagaard suele tener un peso importante en la comunidad ajedrecística, a Jacob lo respalda la calidad de sus libros y sus resultados como entrenador. Si bien creo que Aagaard utiliza palabras que llevan las cosas ligeramente hacia el extremo, mis reflexiones desencadenadas por la afirmación de mi compañero de trabajo, sumado a mi experiencia como jugador y como entrenador, coinciden en su mayoría con lo descrito por el danés. Considero necesario señalar que la diferencia entre “reciben mucho gratis” y “no reciben mucho gratis”, es sin lugar a dudas la descripción popular de talento. Los jugadores “aplaudidos” por la comunidad ajedrecística, en reconocimiento a su inigualable talento para el ajedrez, han sido en su gran mayoría –para no decir todos–, jugadores intuitivos. Por ejemplo: Capablanca, Tal, Karpov, Carlsen.
En una ocasión, para mi sorpresa escuché o leí –no recuerdo con exactitud– que Leko, un jugador teórico por la clasificación de Hansen, no se consideraba a sí mismo un ajedrecista talentoso en comparación con otros jugadores de su generación. Pero las cuestiones en relación al talento en ajedrez aún están bajo investigación, incluso pudieran llegar a ser objeto de alguna publicación futura en este blog, así que no quiero que lo dicho se interprete como algo concluyente. Lo que sí parece ser cierto, es que mi compañero de trabajo tenía razón y mi estilo de juego necesita de mucho compromiso. No obstante, cabe espacio para las experiencias personales, la investigación y el debate en este tema. Por ejemplo, la mayoría de los campeones mundiales han sido jugadores pragmáticos. Además, creo que el ajedrez actual está viviendo cierta tendencia hacia el pragmatismo. Un indicio interesante relacionado con el tema, es que nadie parece estar seguro de cuál es la respuesta correcta a la pregunta: ¿Cuál es el jugador más creativo en el torneo de candidatos?
Es posible obtener muchas conclusiones de lo expuesto y trasladarlas en busca de utilidad, hacia el entrenamiento, la preparación psicológica o el tablero de ajedrez. Por mi parte, yo respondí a las preguntas que prometí al inicio del artículo, así que les permitiré reflexionar y desarrollar sus propias verdades sobre el tema. Tengan una linda semana, los espero en próximas publicaciones.